HABILIDADES COMUNICATIVAS DEL DOCENTE
En la
sociedad de la información y la comunicación, la exigencia de adaptarse a ese
proceso acelerado de cambios en los sistemas comunicativos conlleva a la
imperante necesidad de buscar desde la estabilidad comunicativa que representa
las relaciones personales directas a la búsqueda y replanteamientos de procesos
comunicativos a distancia, lo cual implica el desarrollo de unas competencias
comunicativas muy especificas.
Es función
del docente tener un papel activo en este cambio de los procesos comunicativos
para que el desarrollo de sus competencias lingüísticas y comunicativas se
enmarquen en el contexto actual que está mediatizado por las grandes redes
telemáticas.
Patiño,
Milton (2.008) relaciona las competencias comunicativas con tres momentos. El
primero hace referencia al hablar, escuchar, leer y escribir. El segundo
momento está vinculado con el mundo del ciberespacio y el comportamiento de los
usuarios en la red. Y el tercero está aplicado al manejo de conflictos
cotidianos.
Debido a la
importancia que poseen las competencias antes mencionadas en la vida de las
personas, en su relación con el entorno, se hace necesario hacerle un
seguimiento al sujeto orientador que contribuye de manera decisiva en el
desarrollo de dichas competencias en los educandos, los cuales actuaran acorde
a las necesidades y exigencias del contexto comunicativo.
Tomando en
cuenta que la comunicación es un intercambio de mensajes entre los individuos,
el docente debe manejar los códigos de comunicación en el aula de clase, para facilitar
la fluidez a través de diferentes
canales.
En la
psicología occidental se reportan trabajos en donde se entrenan a los docentes
a través de la técnica de micro-teaching, donde se graba en un video las
ejecuciones de los maestros y luego son analizadas y discutidas.
Fernández,
Ana M. (1.993) propone las habilidades comunicativas relacionadas con: la
expresión, la observación y la empatía.
Se
consideran de importante aporte, pero no se abordan todos los elementos
necesarios para la formación de un profesor universitario, en su doble
actuación – como docente y especialista – partiendo del análisis de las
comunicaciones en el aula.
También se consideran habilidades
·
Para la
expresión:
Claridad del lenguaje, fluidez
verbal, originalidad, ejemplificación, argumentación, síntesis y contacto
visual.
·
Para la
observación:
Escucha atenta y percepción de
los estados de ánimos.
·
Para la
relación empática:
Personalización de las
relaciones, participación del otro y acercamiento afectivo.
Comunicar bien es un arte, necesita ser aprendido y practicado desde el
salón de clases, a través de los dos tipos de comunicación que se distinguen,
según el medio empleado: la comunicación verbal (exposición, diálogo y debate)
y la comunicación no verbal (expresión corporal, expresión facial y comunicación
icónica). Los títulos de los dos tipos de comunicación son bastante expresivos;
la comunicación verbal es la que se establece mediante palabras; la no verbal
es toda otra comunicación que se establece sin el uso de palabras.
La comunicación no verbal es más difícil de analizar que la verbal; sin
embargo, se pueden distinguir dos diferentes canales: la imagen y el propio
cuerpo del que comunica. Resultan así dos tipos de comunicación dentro de la no
verbal: la icónica, por medio de imágenes, y la expresión corporal, que también
se puede considerar gestual, a través de las actitudes, gestos y movimientos
del propio organismo del que se expresa.
Por ello, se necesita que el profesor se comprometa a cambiar la manera
de mediar el conocimiento y, por supuesto, cambie el modo de entregarlo a los
estudiantes. En este sentido se hace necesario reflexionar sobre la función
social del saber que se obtiene y se desarrolla a través de la mediación
pedagógica, en donde necesariamente entran en escena el maestro, el alumno, el
conocimiento, las nuevas tecnologías de comunicación e información y la cultura
en un entorno específico. Por lo mismo, el sentido de esta mediación trasciende
los límites de lo puramente instructivo, comunicar para enseñar, y llega a lo
auténticamente educativo, comunicar para formar.