viernes, 26 de abril de 2013



HABILIDADES COMUNICATIVAS DEL DOCENTE

En la sociedad de la información y la comunicación, la exigencia de adaptarse a ese proceso acelerado de cambios en los sistemas comunicativos conlleva a la imperante necesidad de buscar desde la estabilidad comunicativa que representa las relaciones personales directas a la búsqueda y replanteamientos de procesos comunicativos a distancia, lo cual implica el desarrollo de unas competencias comunicativas muy especificas.
Es función del docente tener un papel activo en este cambio de los procesos comunicativos para que el desarrollo de sus competencias lingüísticas y comunicativas se enmarquen en el contexto actual que está mediatizado por las grandes redes telemáticas.
Patiño, Milton (2.008) relaciona las competencias comunicativas con tres momentos. El primero hace referencia al hablar, escuchar, leer y escribir. El segundo momento está vinculado con el mundo del ciberespacio y el comportamiento de los usuarios en la red. Y el tercero está aplicado al manejo de conflictos cotidianos.
Debido a la importancia que poseen las competencias antes mencionadas en la vida de las personas, en su relación con el entorno, se hace necesario hacerle un seguimiento al sujeto orientador que contribuye de manera decisiva en el desarrollo de dichas competencias en los educandos, los cuales actuaran acorde a las necesidades y exigencias del contexto comunicativo.
Tomando en cuenta que la comunicación es un intercambio de mensajes entre los individuos, el docente debe manejar los códigos de comunicación en el aula de clase, para facilitar la fluidez a través  de diferentes canales.
En la psicología occidental se reportan trabajos en donde se entrenan a los docentes a través de la técnica de micro-teaching, donde se graba en un video las ejecuciones de los maestros y luego son analizadas y  discutidas.
Fernández, Ana M. (1.993) propone las habilidades comunicativas relacionadas con: la expresión, la observación y la empatía.
Se consideran de importante aporte, pero no se abordan todos los elementos necesarios para la formación de un profesor universitario, en su doble actuación – como docente y especialista – partiendo del análisis de las comunicaciones en el aula.
También se consideran habilidades
·      Para la expresión:
Claridad del lenguaje, fluidez verbal, originalidad, ejemplificación, argumentación, síntesis y contacto visual.
·      Para la observación:
Escucha atenta y percepción de los estados de ánimos.
·      Para la relación empática:
Personalización de las relaciones, participación del otro y acercamiento afectivo.

Comunicar bien es un arte, necesita ser aprendido y practicado desde el salón de clases, a través de los dos tipos de comunicación que se distinguen, según el medio empleado: la comunicación verbal (exposición, diálogo y debate) y la comunicación no verbal (expresión corporal, expresión facial y comunicación icónica). Los títulos de los dos tipos de comunicación son bastante expresivos; la comunicación verbal es la que se establece mediante palabras; la no verbal es toda otra comunicación que se establece sin el uso de palabras.
La comunicación no verbal es más difícil de analizar que la verbal; sin embargo, se pueden distinguir dos diferentes canales: la imagen y el propio cuerpo del que comunica. Resultan así dos tipos de comunicación dentro de la no verbal: la icónica, por medio de imágenes, y la expresión corporal, que también se puede considerar gestual, a través de las actitudes, gestos y movimientos del propio organismo del que se expresa.
Por ello, se necesita que el profesor se comprometa a cambiar la manera de mediar el conocimiento y, por supuesto, cambie el modo de entregarlo a los estudiantes. En este sentido se hace necesario reflexionar sobre la función social del saber que se obtiene y se desarrolla a través de la mediación pedagógica, en donde necesariamente entran en escena el maestro, el alumno, el conocimiento, las nuevas tecnologías de comunicación e información y la cultura en un entorno específico. Por lo mismo, el sentido de esta mediación trasciende los límites de lo puramente instructivo, comunicar para enseñar, y llega a lo auténticamente educativo, comunicar para formar.